viernes, 28 de enero de 2011

Mientras tanto...

A ese sol que me acaricia, como amante,
cada mañana y me despierta con su beso,
le robaré un cálido rayo que, travieso,
jugueteará en tu cabello y tu semblante.

Del firmamento, mi manto azul de estrellas,
escogeré una, quizás la más pequeña.
Tendrá tu nombre, tú serás su dueña
y cuando la mires te reflejarás en ella.

A la luna, mi nocturna confidente,
le pediré que para ti hoy luzca llena,
que te sonría mientras le cuentas las penas
de tu maltrecho corazón adolescente.

Y por la noche, del susurrante viento
que me murmura al oído sus secretos,
tomaré un soplo, el más ágil e inquieto,
para que, lejos, se lleve tu lamento.

Sé muy bien que hoy el espejo te hace daño,
pero yo miro en tu interior, niña bonita.
No le des prisa a esa mujer que en ti ya habita
y deja al tiempo que germine en tus trece años.

Y en la espera, no te canses de tejer
sueños que callas pero que en tus ojos leo,
que si tú ves en ti solo a un patito feo
yo ya vislumbro a un bello cisne hecho mujer.
Safe Creative #1101288357974

viernes, 21 de enero de 2011

Utopía

Políticos embusteros,
ídolos con pies de barro
que esconden tras su oratoria
la burla y el despilfarro.

Ineptos economistas
con aires de suficiencia
que con complejas palabras
maquillan su incompetencia.

Desvergonzados banqueros
de una riqueza insultante
que, sin pudor, su opulencia
exhiben de forma arrogante.

Turbios especuladores,
lobos con piel de cordero
que alimentan con engaños
su codicia de dinero.

Payasos que no hacéis risa,
mamarrachos con poder,
magos de la corrupción,
discípulos de Lucifer.

Vuestra avaricia ha gestado
la crisis que nos ahoga.
En vuestro bolsillo el oro
y en nuestro cuello la soga.

Asesinos de esperanzas,
verdugos de la dignidad,
seguís ejerciendo el mando
con total impunidad.

¿A qué tribunal acudo
para reclamar justicia
por tanto abuso y agravio
de estos ebrios de avaricia?

¿Quién castiga sus desmanes,
pone fin a sus excesos.
los aparta de nosotros
en nombre del bien y el progreso?

¿Quién paga sus tropelías,
restituye lo robado,
devuelve la dignidad
a quienes han humillado?

¿Quién retorna la confianza
a tanta gente engañada
por esta legión de amorales
hijos de la fantochada?

Luché por la libertad,
no por el libertinaje
de quienes nos acorralan
como jauría salvaje.

Luché por un mundo justo,
quizás era una utopía,
pero sigo en la trinchera
hasta el final de mis días.
Safe Creative #1101218303255

domingo, 16 de enero de 2011

Pura poesía

Torpe aprendiz en el arte de escribir,
principiante que nunca debutará,
novata que jamás alcanzará
la habilidad de crear y transmitir.

Hay barreras entre pluma y corazón
que me siento incapaz de derribar.
Me enfurezco si no puedo dibujar
sentimientos con exacta precisión.

Nunca encuentro esa frase magistral
que retrate lo que vive en mi interior,
justa medida de sal que dé el sabor
a lo escrito, y así lo haga especial.

Cual mal pintor solo llego al boceto
de ese cuadro que plasme mis emociones
y el pincel de mi palabra, a trompicones,
se pierde en trazos, dejándolo incompleto.

Pero cuando la pluma son mis dedos,
que por tu cuerpo encadenan versos sabios,
subo a tu boca, me detengo en tus labios,
me inspiro en ellos y entonces sé que puedo

escribir sobre tu piel mi obra maestra
y descubrir que con palabras no escritas
se hace poesía, sublime y exquisita,
lo que siento y que tan solo a ti se muestra.

Solo entonces niego mi mediocridad,
soy la autora de una insigne creación
cuyo prólogo y epílogo es pasión.
Pura poesía convertida en realidad.
Safe Creative #1101168267522

lunes, 10 de enero de 2011

Morada y demorada

Perezosa y sin prisas,
remolona y holgazana,
ignoraba la impaciencia
con que fuera me esperaban.

Flotando entre tibias aguas
y al calor de un seno amante…
¡El mundo podía esperar,
que sin mí ya eran bastantes!

En tan cómoda morada
¿quién pensaba en otra vida?
¡Si ni tan sólo sabía
donde estaba la salida!

Y acomodada en mi nido
tanto atrasé mi llegada
que tuve dos semanas más
a mi madre embarazada.

Chupaba mi dedo pulgar
o jugaba con mis pies...
Fue estupendo hasta que un día
¡horror! ¡Me vi del revés!

Y sentí que aquel refugio
que hasta entonces me albergaba
era cada vez más chico
y poco a poco me asfixiaba.

Había llegado el momento
de salir y dar la cara,
no fuera que a esas alturas
el personal se cansara.

Pero me tomé mi tiempo…
¡no se nace cada día!
Y en mi minuto de gloria
pensé lo que me pondría.

Sin nada mejor a mano
tuve una idea genial.
Cual collar, me lié al cuello
el cordón umbilical.

Mas no duró un minuto
la gloria de mi llegada,
que doce horas pasaron
y mi madre, desquiciada…

Daba el gran paso y lo hacía
el día menos oportuno,
que pudiendo hacerlo el quince
esperé al treinta y uno

de Diciembre y mamá,
rendida y extenuada,
esa noche a las doce,
no quiso uvas, ni nada.

Pues dicen que cuando me vio
se heló la sangre en sus venas
que yo, más que una niña,
era una berenjena.

Porque el tan ansiado bebé
de supuesta piel rosada,
vino dando el primer susto…
¡que la tenía morada!

¡Qué poco glamour el mío
en día tan especial!
Llego tarde y cuando lo hago
luzco un aspecto fatal.

¿Pero no ven que me ahoga
el cordón umbilical?
¡O me dan un chute de aire
o esto pinta muy mal!

Y así estreno mi existencia
sin una queja ni un llanto…
El silencio era mortal
y las caras, de espanto.

Me estaba bien empleado
por coqueta y presumida,
que acabando de nacer
por poco ya pierdo la vida.

¡Plis plas! y el cordón fuera
y yo que sigo callada
hasta que un dolor intenso
me rescata de la nada.

Golpean dos cachetazos
mi diminuto trasero
y lanzo mi grito al mundo
y, de paso, al caballero

que me tiene, por los pies,
boca abajo y desnuda
mientras que todos se alegran
de que no he nacido muda.

¿Esta es forma de tratar
a una dama recién nacida?
¿Es que no había un mejor
comité de bienvenida?

Al fin recobré el color
tras unos minutos de espera.
Todos felices y a mí
me escocían las posaderas…

Por fortuna, nadie más
me ha tenido en tal postura
y han tratado a mi trasero
con bastante más dulzura.

Casi se quedó sin uñas,
esperándome, mi padre
y sus uvas de la suerte
fueron dos, yo y mi madre.

Dan las doce campanadas
a las doce de la noche
y yo, que ya he dado la mía,
pongo al año feliz broche.

Y aunque levanté el telón,
para mi puesta en escena,
morada y demorada
juro que valió la pena.
Safe Creative #1101118241527