Mis musas han puesto pies en polvorosa ante el asfixiante bochorno veraniego. Intenté retenerlas y convencerlas de que hay que estar a las duras y a las maduras, pero todo fue inútil. Me sacaron a colación aquello del descanso laboral y no pude alegar nada, pues estaban en su pleno derecho a unas merecidas vacaciones.
Eso sí, me prometieron volver, cosa que agradezco.
Y yo, que sin ellas no soy nada, pues les he dicho que se lo pasen bien, que disfruten, que hagan muchas locuras y que, si de vez en cuando se acuerdan de mí, me lo hagan saber dando señales de vida y de inspiración.
Así las cosas, no me queda más que colgar el letrero de “cerrado por vacaciones” y aprovechar la ocasión para tomarme también un descanso, cometer también alguna locura y regresar de nuevo aquí esperando su vuelta, con los brazos abiertos.
Cierro pero no echo la llave. Podéis entrar y salir de mi blog cuanto os plazca, pues sois como de la familia.
¡Hasta muy pronto, amigos!
Núria