Te dejaré mientras suenan las campanas
que te despiden y a mí me hacen más vieja
aunque ya sabes que nada me acompleja
el lucir en mis cabellos nuevas canas.
Te alejarás para siempre en un minuto,
el breve espacio del balance obligado
de lo vivido, lo perdido y lo ganado,
de mis momentos de alegría y de luto.
Te llevarás un año más y mi empeño
en ser un poco más dichosa cada día
a pesar de no alcanzar lo que se ansía
pues la vida, muchas veces, no es un sueño.
Me dejarás el sabor a caramelo
de lo bueno, que por breve aún es más bello,
de esos instantes en que se erizó mi vello,
de esos momentos en los que toqué el cielo.
Con lo triste y doloroso, viejo año,
prenderé una hoguera en tu partida
y sin rencor ignoraré en tu despedida
que algunas veces también me hiciste daño.
Te diré adiós sabiendo que te llevas
en tu equipaje algún sueño incumplido
que quizás caiga mañana en el olvido