domingo, 20 de septiembre de 2009

Del rosa al rojo

Sonrosada y transparente era la piel de Rosa cuando vino al mundo. De rosa empapelaron su habitación y rosas eran los vestiditos que de niña le compraban. Rosas las novelas que leía en su cuarto de adolescente y, escritas en papel rosa, sus primeras cartas de amor que, a escondidas, releía en clase mientras declinaba rosa rosae. Era un atardecer teñido de rosa cuando él por primera vez la besó y de color rosa eran las rosas que le regalaba. Salsa rosa y vino rosado en aquella cena donde brindaron por su eterno amor.

Rosa era el lazo que adornaba su vestido de novia y rosas las flores de su ramo. Ante un altar ornamentado con rosas, le dijo “sí, quiero” y la vida le pareció del más puro color de rosa.
Pero nadie le dijo que no le esperaba un camino de rosas, sino de espinas. Día a día y uno a uno, los pétalos se fueron cayendo con cada golpe que él le daba. De un rosa suave fue la primera marca que sus dedos le dejaron en la piel. De un rosa más intenso cuando la abofeteó por primera vez. De un rosa violáceo las señales en su cuerpo y en su rostro tras la primera paliza. Ya no había maquillaje que disimulara los golpes recibidos ni lápiz de labios, de color rosa, que pudiera ocultar sus labios partidos. Luego, para disculparse, él le mandaba un ramo de rosas.

Caía el último pétalo el día en que, tras un nuevo golpe, el más brutal, el más certero, el rosa se tornó rojo. El rojo de la ira en los ojos de él, el rojo brillante de las heridas en su piel y, finalmente, el rojo de su sangre en el suelo.
Rojo en el calendario y rojo el atardecer del día en que la golpeó hasta cansarse, hasta no poder más. Roja la luz de la sirena de la ambulancia que, en una carrera inútil contra la muerte, se saltaba desesperadamente los semáforos en rojo sin poder llegar a tiempo de salvar a Rosa.

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6 comentarios:

maluferre dijo...

Estaba leyendo todo tan de color de rosa, hasta que me estremeci cuando fue tornandose en color rojo.
Precioso tu escrito, me encanta como escribes.

Núria dijo...

Muchas gracias, Iris. Ojalá no fuera tan real como, desgraciadamente, lo es.
Te mando un abrazo!

Tatiana Aguilera dijo...

Querida amiga, sé muy bien de esos cambios de tono, sé de los cuentos rosas y los términos en rojo...Es tu escrito que más me ha remecido y emocionado.Sigue ésta linea amiga mía, la huella emotiva es tu fuerte, sin lugar a dudas..
Un fuerte abrazo amiga mía

Tatiana

Núria dijo...

Taty, sé muy bien que sabes de esos cambios de color. Gracias por tus palabras, amiga.
Ojalá a partir de ahora tu camino tenga el color de la esperanza, el verde, como esa primavera que os visita.
Molts petons!
Núria

Mª Rosa dijo...

Nuria, tu escrito me ha dejado impresionada, es tan real que duele y lo triste es que esto no para, hasta que algunos hombres entiendan que las mujeres no somos propiedad de nadie, me temo que va a seguir pasando.

Besitos
Mª Rosa

Núria dijo...

Pues sí, Mª Rosa. Es tan real como la vida misma, desgraciadamente.
Sabes? A mí también me dolía cuando lo estaba escribiendo...
Un beso,
Núria