lunes, 16 de noviembre de 2009

En blanco

Estábamos a solas él y yo. Como tantas otras veces, más o menos a diario, tenía lugar ese encuentro nuestro casi secreto, casi clandestino, y al que yo acudía, impaciente y nerviosa, como a la cita con un amante.
Ese día, sin embargo, sólo con mirarlo presentí que algo iba mal y que nuestra callada complicidad, tan a menudo mágica y chispeante, se había esfumado.

Yo le miraba fijamente, deseosa de poder decirle miles de cosas pero incapaz de hacerlo y presentía que él, a su modo, esperaba ilusionado lo que yo, en ese momento, no podía darle. La chispa no se encendía y el motor que ponía en marcha nuestra conexión no funcionaba. No había magia, y sin magia nada era posible.

Seguía observándole, con la esperanza de que sólo su presencia abriera la puerta, cerrada a cal y canto, de mi fantasía. Le imaginaba ansioso por sentirse de nuevo acariciado con mis palabras, pero el papel seguía inmaculado, intacto… en blanco.
Igual que yo. Divagando en la nada y paralizada la inspiración.
No sabía qué escribir, o no sabía cómo, o no sabía como escribir lo que quería. Pero quería escribir y un cortocircuito en mi cabeza me había dejado a oscuras.

Rebelándome ante esa invasión de vacío, luché por no ahogarme en esa enorme laguna mental y, desesperadamente, tiré del hilo de alguna fantasía lejana, casi olvidada… pero el hilo se rompía una y otra vez. Tenía mil historias en la cabeza pero ese día ninguna tomaba forma. Esquivas y escurridizas, se negaban a acudir en mi ayuda y se dedicaban a jugar al escondite conmigo. Como fantasmas, imposibles de atrapar, las sentía burlonas danzar dentro de mí, de una forma loca y totalmente anárquica.

Persistente y testaruda, me lancé en vuelo directo hacia la fantasía, solicitando su ayuda, llamé a las puertas de la imaginación pidiendo asilo y me arrodillé ante las musas para que me dieran una limosna.
Invoqué a los dioses de los sueños para que obraran el milagro de iluminarme con una palabra, una sola. La justa, la precisa, la necesaria para poder tirar de ella, y luego de otra, y otra… hasta conseguir de nuevo ese flujo ágil y constante, ese flujo que consiguiera llevar de mi mente al papel una idea concreta. Pero el papel, a la espera, seguía en blanco.
Nerviosa, tamborileé en la mesa poniéndole ritmo a mi sequía mental. Me mordí las uñas, hambrienta de historias, me rasqué la cabeza intentando despertar a mi ingenio… A la deriva, lancé un SOS desesperado a la inspiración, pero fue en vano.

Y seguí en blanco, delante del papel en blanco, y sabiendo que era el blanco perfecto para el desánimo, para el desaliento y para tirar la toalla, que también se me antojaba blanca.
Y estando en blanco, me sentí gris. Y sintiéndome gris, lo vi todo negro. Me cegó la rabia y quise arremeter contra el papel que, como paciente y fiel amante, seguía esperando ser acariciado por mis palabras.
Agotados todos los recursos, desistí. Dejé de librar una batalla inútil y enarbolé bandera blanca. Cargando con mi frustración me batí en retirada pero, aún así, resistiéndome a la derrota total, le regalé al papel dos breves caricias en forma de dos palabras: “volveré mañana”.

Safe Creative #1005116265984

13 comentarios:

MFe dijo...

De “en blanco” nada. Me ha encantado Nuria!!!

Un beso, y “hasta mañana”!

karla dijo...

Muy bien escrito y si refleja algo que te ha sucedido, mi consejo es que no escribas si no lo deseas. Solo cuando lo necesites, cuando esa comunicación sea perfecta y tu espíritu vuele sobre las líneas, eso te hará feliz y lo importante es que lo seas.

Besos querida Nuria ¿como ván esos ojitos?. karla

Núria dijo...

Alma Máter, gracias por tu visita!
Me alegrto de que te haya gustado, aunque estuviera en blanco...:)
Un beso y...mañana será otro día!

Núria

Tatiana Aguilera dijo...

Mi querida Núria:
Es natural que algunas veces nos vayamos a blanco,¿ no recuerdas al genial Serrat y su canción que tituló " No hago otra cosa que pensar en ti " ?, que relata sus vanos intentos por lograr conectar con las musas. Supongo amiga mía, que las neréidas que habitan tu amado mediterraneo, en algún momento se cansan y se evaden de nuestra mente, pero no desesperes, porque al día siguiente estarán muy frescas, vivaces, juguetonas de nuevo en tu pensamiento.
Mis cariños para ti.

Núria dijo...

Karla, me ha sucedido alguna vez. Lo curioso es que siento la necesidad de escribir, sólo que no consigo hacerlo, no consigo "traducir" en palabras lo que da vueltas por mi mente. Es como si me bloqueara. Curiosamente, al día siguiente, me siento más fluida...
Mi ojo está muy bien, sólo que lo tengo casi inundado con tanto colirio diario. Pero estoy muy felíz, todavía no acabo de creérmelo...
Un fuerte abrazo, querida karla!
Núria

Núria dijo...

Querida Tatiana, es cierto y lo sé, pero me desespera tener la necesidad de escribir y no poder hacerlo...Me siento como atada de pies y manos aunque, en este caso, más bien me siento atada de mente...
Y como consueelo, pienso que si al genial Serrat le pasa...como no va a pasarme a mí, pobre aprendiz de principiante???...jajaja...
Un abrazo, amiga!

Núria

maluferre dijo...

Hola Nuria, me encanta como escribes...y me gusta tanto leer que aqui me tienes cuando veo que hay algo nuevo.
La inspiración, la imaginación y la fantasia viene cuando nadie la llama, no se puede forzar...es como el amor, no se puede decidir querer a alguien...se quiere simplemente.
Besos.

Núria dijo...

Gracias, Iris! Yo también visito tu blog en cuando veo algo nuevo. El reportaje que colgaste me encantó, especialmente las fotos de las flores. Eres una artista!
Es cierto que la inspiración viene sola, cuando quiere. Lo que me sucede a veces es que creo tenerla, me lanzo a escribir y...pluf...se evaporó...jajaja...
Y allí es donde me enfado con ellas...jajaja...
Un beso. Y gracias por tu visita.
Núria

Mª Rosa dijo...

Nuria eres admirable, hasta cuando no tienes nada que decir, dices y mucho, me ha gustado mucho tu relato, he venido a tu blog por inercia, no pensé que hubieses puesto algo nuevo, pensaba que hasta que estuvieras más recuperada no te pondrías a escribir, pero ya veo que no ha sido así y aunque me alegro de encontrarme este nuevo relato tan lleno de ingenio (como todo lo que haces) te digo que tengas cuidado, aunque supongo que ya te habrá dicho el medico, lo que puedes o no puedes hacer.

Un abrazo y me alegro mucho de que estés tan bien
Mª Rosa

Núria dijo...

Querida Mª Rosa, controlo bastante el tiempo en el ordenador. Lo que he publicado ya lo tenía prácticamente terminado de antes de la operación.
Muchas gracias, como siempre, por tu visita y tu comentario. Por cierto...como sigues con el piano??
Te mando un abrazo con todo cariño,
Núria

Amelia dijo...

Si que pasa esto Núria, a mi me paso con el examen de teoría del carnet de conducir, me quede en blanco total, pero no escribí volveré mañana jajaja.
Petonets pels dos Amelia

Núria dijo...

A ver, a ver...entiendo que no escribiste "volveré mañana" porque aprobaste, no???
O porque no te dejaron?? :(
Gracias por tu visita, guapa!
Petonets!
Núria

Amelia dijo...

No Núria, no lo escribí, porque me quede en blanco y me suspendieron jajaja , la primera vez, la segunda ya me tranquilizo la tila que me tome jajaja.
Petonets Amelia